Esta publicación fue escrita por Leonce Crump. Traducido por Veralucía Rosales
Quería decir algo nuevo. Quería decir algo innovador, que cambiara el paradigma y que cambiara la vida. En medio de imaginarme cómo sería, un pensamiento – me capturó, me mantuvo cautivo – realmente, si no hemos podido hacer lo que primero se nos pidió que hiciéramos, entonces algo nuevo es inútil, no funcional; es negligente, no útil; es ignorante, no innovador.
Algo nuevo no es lo que se necesita, más bien, debemos recordar nuestra primera prioridad: hacer discípulos que hagan discípulos.
Siguiendo los pasos del movimiento de Jesús, el Movimiento de Crecimiento de la Iglesia, el Movimiento de la Iglesia en Casa, el Movimiento de la Gran Iglesia, el Movimiento de la Pequeña Iglesia, el Movimiento de la Iglesia Urbana, el Movimiento de la Iglesia Suburbana, el Movimiento de la Iglesia Práctica, Pragmática y el movimiento de la Prosperidad, He quedado con el Movimiento de la Iglesia Misional; sin embargo, parece que muy pocos discípulos se están movilizando y muy poco discipulado está sucediendo.
Algo nuevo no es lo que se necesita, más bien, debemos recordar nuestra primera prioridad: hacer discípulos que hagan discípulos.
Leonce Crump
Por favor, permítanme pasar al frente de la línea y reconocer esta falla. Permítanme señalar el dedo directamente entre mis ojos antes de apuntarlo a alguien más. Cuando comenzó la Renovación, hacer discípulos era lo único que importaba.
Mi esposa y yo estuvimos trabajando en Atlanta durante tres años, aún antes de que nuestra iglesia se reuniera para la adoración, y durante esos tres años, uno por uno, de dos en dos, en grupos pequeños y más grandes, discipulamos a las personas. Tanto antes como después de la conversión (podemos luchar con esta idea en otro momento), hicimos discípulos que hacían discípulos.
Luego, el 16 de enero de 2011, Renovation Church (Iglesia Renovación) “se lanzó” públicamente, al menos es cuando históricamente hemos marcado nuestra fecha de nacimiento como iglesia. Sin embargo, de manera realista, Renovation Church comenzó con nuestro primer discípulo, uno de nuestros vecinos quien recibió a Jesús sentado en la sala de nuestra casa (eventualmente diseñaría nuestro primer logotipo y se mudaría a Haití, donde todavía sirve como misionera).
Desde que comenzamos a tener reuniones más grandes, ha sido una batalla constante y continua mantener el discipulado como una prioridad, no porque sea imposible, sino porque nos hemos permitido priorizar subconscientemente las cosas buenas que importan, pero que no son de primera importancia.
Nos hemos permitido llevar al primer plano aquellas cosas que son secundarias, incluso terciarias a la prioridad explícita de la iglesia: HACER DISCÍPULOS QUE HACEN DISCÍPULOS.
“Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones …” (Mateo 28: 18-19). Ese es el mandamiento. Esa es la llamada. Esa es la prioridad del pueblo de Dios “.
“Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones …” Ese es el mandamiento. Esa es la llamada. Esa es la prioridad del pueblo de Dios.
Leonce Crump
La pregunta que les dejo es la misma. Me pregunto a mí mismo y a mi equipo todos los días: “¿Están haciendo discípulos que hacen discípulos?” Eso es todo. Esa es la pregunta, porque esa es la misión.
¿Está mal tener sistemas increíbles? Absolutamente no. Muchas iglesias fracasan porque no tienen sistemas que las ayuden a funcionar. ¿Está mal tener un enfoque comunitario? No, especialmente en áreas urbanas y desatendidas. ¿Está mal tener una cafetería, una tienda de segunda mano o una liga de deportes? No. Estas son maneras reflexivas de sacar a su iglesia fuera de sus muros.
¿Está mal tener grupos pequeños estupendos? No, este es un ambiente íntimo que puede aprovecharse para el ministerio de maneras variadas y dinámicas. ¿Es malo tener servicios dominicales increíbles? No. Tu reunión, te guste o no, es tu puerta de entrada. Debe ser hospitalaria; debería ser atractiva; debe ser significativa; debería ser emocionante; y debería crecer si es saludable. No hay nada de malo en tener GRANDES reuniones dominicales que se hacen de manera excelente.
Ninguna de estas cosas está mal. En realidad, estas y muchas otras cosas que hacemos son buenas y necesarias, pero ¿son prioridad? No. Nuestra primera prioridad es seguir el mandato de Jesús que dio a las primeras personas que lo siguieron: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:18-20)
Ese es el mandamiento. Ese es el llamado. Esa es la prioridad del pueblo de Dios. Esa es la misión, hacer discípulos que hagan discípulos. Todo lo que hacemos debe hacer exactamente eso.
Leonce Crump