Los 5 temores que no decimos abiertamente y 5 verdades para enfrentarlos.
¿Alguna mujer se propuso ser la esposa de un plantador de iglesias? Seguramente algunas lo hacen. Pero cada vez que las esposas nos juntamos y compartimos nuestras historias, escucho la misma narración ensayada de una a otra: “Nunca pensé que sería la esposa de un pastor. Pero aquí estoy “.
Esos eran mis pensamientos hace 20 años cuando mi esposo y yo estábamos en el seminario preparándonos para mudarnos al extranjero, donde comenzaría una vida de pastoreo. Todas mis imaginaciones de niña incluían el mundo corporativo, una casa cómoda, éxito y tranquilidad. Pero cuando Dios llama, él se mueve, y su buena y perfecta voluntad se cumple, esté lista o no.
El papel de la esposa de un plantador de iglesias es un honor y una alegría. Creo que la mayoría te diría eso. Pero cuando somos honestas y con el corazón abierto, también admitimos mucho miedo.
Aquí están los cinco miedos principales que confesamos en confianza:
1. Fracaso
Nos preocupa que nuestras iglesias no tengan éxito. Que nuestros esposos, nuestros equipos principales y nosotras mismas daremos todo lo que tenemos, y no será suficiente. No tenemos un plan B, y un plan fallido A parece insoportable.
2. Finanzas
La estabilidad financiera de un nuevo pastor está directamente relacionada con el diezmo de la plantación de su iglesia. Eso asusta. Nos preocupa que las ofrendas no cubran los gastos de la iglesia, incluido el salario de nuestro esposo, y que no sean suficientes para cubrir las necesidades básicas de la familia.
3. Encajar
Sabemos que cada miembro de la iglesia tiene una expectativa diferente del papel y las responsabilidades de la esposa del pastor. Nos preguntamos si tenemos lo que se necesita para satisfacer a nuestra nueva comunidad.
4. Familia
La plantación de iglesias es más que un trabajo a tiempo completo. Sabemos que nuestros esposos se encargarán de la logística y las personas durante todo el día. Tememos que nuestro matrimonio y nuestros hijos paguen un precio demasiado alto.
5. Amigos
Hemos escuchado historias sobre chismes, crueldad y expectativas injustas, así como el aislamiento que sienten las esposas de muchos pastores. Tememos que seremos solitarias y no nos gusten nuestras nuevas iglesias.
Estos miedos pueden sentirse abrumadores. Es crucial que las esposas de plantadores de iglesias se reúnan de vez en cuando para recordar que no estamos solas, pero también para recordarnos la verdad.
Aquí hay cinco verdades para combatir nuestros miedos.
1. El éxito es fidelidad
En la economía de Dios, el éxito no se mide en números (de personas, servicios o finanzas). Se encuentra en la fidelidad. Jesús nos pide que lo amemos sobre todo y luego que amemos bien a los demás (Mateo 22: 36–40). Si nuestras iglesias están haciendo eso, entonces son un gran éxito. Solo Dios da crecimiento (1 Cor. 3: 6). Está satisfecho con nuestra fidelidad, así que confiemos en él para que produzca los frutos que desea.
2. Dios proveerá financieramente
Él realmente lo hará. En Mateo 6, Jesús nos exhorta a almacenar nuestros tesoros en el cielo en lugar de en la tierra (Mateo 6:19-20), que es precisamente el sacrificio que se hace al plantar iglesias. Nos recuerda que no podemos servir a dos maestros (v. 24), por lo que es bueno y correcto que le sirvamos por encima de un sueldo seguro. Podemos ver cómo nuestro Padre se preocupa por los gorriones y los lirios y recordar que se preocupa aún más por nosotros (vv. 25-33).
3. Dios ha marcado una carrera solo para ti
Nuestro Dios es el dador de nuestras vidas y aliento, y todos nuestros dones, recursos y pasiones. Él determinó cuándo y dónde viviríamos (Hechos 17:25–26), por lo que no es un error que nos haya emparejado específicamente con la iglesia que estamos plantando. Que caminemos con fidelidad al que nos hizo y nos colocó, enfocándonos en permanecer en Jesús en lugar de complacer a las personas.
4. Dios llenará tus necesidades relacionales
Cuando Pedro le recuerda a Jesús que los discípulos dejaron todo para seguirlo, Jesús responde que nadie que haya dejado la familia o el hogar por su bien o por el evangelio se irá sin él en esta vida o en la próxima. Él dice que nosotros que lo seguimos, incluso recibiremos cien veces más (Marcos 10: 28–31). El cuerpo de Cristo está equipado para ser una familia —tías, abuelos y queridos amigos— que llenarán nuestras necesidades en estas nuevas comunidades. Abracemos la fidelidad de Dios a través de su pueblo.
5. Busca consejo
Si bien las esposas de los pastores tienen un papel único en nuestras comunidades, no estamos destinadas a vivir esos roles de forma aislada. Los Proverbios nos advierten que busquemos consejo: un hombre sabio escucha el consejo (Proverbios 12:15), y en abundancia de consejeros hay seguridad (Proverbios 11:14). Es imperativo para nuestro bienestar, así como para la salud de nuestros matrimonios, familias e iglesias, que busquemos una gran cantidad de sabias amigas y mentoras que sean perseverantes en su fe. Plantar una iglesia sin consejo es imprudente; Recibamos fácilmente la opinión de otras.
Compañeras, esposas de plantadores, cuando nos reunimos, compartamos y recordemos. Compartamos nuestras cargas, penas y frustraciones. Compartamos todas las evidencias dulces de la obra de Dios y las alegrías que conlleva. Pero lo más importante, vamos a contar la bondad de Dios y su soberanía. Sí, el papel de la esposa del plantador de iglesias puede ser temible, pero nuestro Dios es fiel.
Escrito por Jen Oshman. Ella es esposa y madre de cuatro hijas y ha servido como misionera durante casi dos décadas en tres continentes. Actualmente reside en Colorado, donde ella y su esposo sirven con Pioneers International, y alienta a su esposo para plantar iglesias en Iglesia Redemption Parker. Su pasión es llevar a las mujeres a una fe más profunda y fomentar una cosmovisión bíblica. Ella escribe sobre eso en www.jenoshman.com. Su primer libro, Enough About Me: Find Lasting Joy in the Age of Self, se publicará con Crossway.
Publicado por primera vez en https://www.thegospelcoalition.org/article/5-fears-truths/
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