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3 lecciones sobre resiliencia de un padre de la iglesia africana

Cuando era un niño que crecía en Zimbabwe, nunca hubiera imaginado que llegaría a ser un pastor en Estados Unidos. Ese niño no podría haber imaginado que estaría enfrentando los desafíos de dirigir una iglesia de Pensilvania en 2020, preguntándome, junto con muchos otros plantadores y pastores, cómo soportar esta temporada.

La lucha constante entre los creyentes, la crítica implacable de los pastores y las muchas responsabilidades agregadas a nuestros roles este año ha sido difícil. Cada día me hago más consciente de los hermanos que han renunciado o que padecen dolencias físicas y mentales. Muchos plantadores de iglesias se preguntan: ¿Durará mi iglesia? ¿Podré aguantar?

Me he empapado de las obras de Atanasio, el obispo africano del siglo IV cuya resistencia en medio de una vida de controversias es un ejemplo para todos nosotros. Atanasio pasó casi 50 años luchando contra el arrianismo. Como resultado, fue exiliado cinco veces de su iglesia, por lo que estuvo ausente durante más de un tercio de su mandato como obispo. Si bien cada exilio seguramente se sintió como un revés en el ministerio, él aguantó, dejando un legado de fidelidad en todo momento.

Como un hombre ndebele a quien se le ha dicho a través de nuestros proverbios, “Pide el camino a los que te han precedido”, ha sido un honor recoger de Atanasio. Como mi abuelo solía tomarme de la mano mientras caminábamos, he sentido las manos firmes de este padre de la iglesia que se ha convertido en mi compañero en este viaje.

Estoy aprendiendo tres lecciones de Atanasio que creo que son esenciales para los plantadores de iglesias de hoy: la capacidad de recuperación del ministerio se activa al valorar las Escrituras, la formación de discípulos y la comunidad.

1. VALORAR LAS ESCRITURAS

Durante sus muchos destierros, Atanasio se enteró de que, aunque exiliado de Alejandría, nunca fue exiliado de Dios. Se concentró en la disciplina diaria de la meditación bíblica. La profunda reverencia de Atanasio por las Escrituras se puede observar en sus primeras obras exegéticas, Sobre la Encarnación y Contra los gentiles. Mientras luchaba contra la herejía que amenazaba a la iglesia, no se basó únicamente en sus habilidades exegéticas o sabiduría para derrotar a sus oponentes, sino en la Palabra de Dios.

Los Salmos encontraron un lugar especial en el corazón de Atanasio. Creía que los Salmos eran una maravillosa herramienta de diagnóstico y pedagógica. Escribió: “Nos enseñan a reconocer los movimientos internos de nuestra propia alma, estas palabras se vuelven como un espejo para la persona que las canta”. Los Salmos fueron su libro de oraciones a través de un ministerio turbulento.

Atanasio fue un obispo africano del siglo IV cuya resistencia en medio de una vida de controversias es un ejemplo para todos nosotros.

Este ocupado obispo de Alejandría priorizó inquebrantablemente la comunión con Dios a través de las Escrituras, la meditación y la oración. Plantadores, que esta sea también nuestra prioridad para que, como Pablo, trabajemos con la fuerza de Dios (Colosenses 1:29). Y si pensamos que podemos trabajar de otras maneras, que escuchemos el consejo de Atanasio de que, sin Cristo, no podemos hacer nada (Juan 15: 5), pero los que conocen a su Dios harán grandes proezas (Dan. 11:32).

2. VALORAR LA FORMACIÓN DE DISCÍPULOS

En su ministerio siempre turbulento, Atanasio podría haber estado absorto en la autopreservación, pero eligió dedicarse a hacer discípulos en la cima de la persecución cristiana. Atanasio nos desafiaría hoy de la misma manera que lo hizo con Marcelino (un diácono de su iglesia) cuando estaba bajo amenaza: “No abandones tu puesto como si Dios te hubiera olvidado, sino clama al Señor”. Nuestro puesto de hoy sigue siendo el mismo: hacer discípulos.

También aprendemos de Atanasio cómo hacer discípulos en tiempos de crisis. Cuando fue exiliado de su iglesia y no pudo predicar, Atanasio usó con eficacia los medios de comunicación de su época de tal manera que un biógrafo dijo: “Él podía luchar valientemente con su pluma”. Cada palabra que escribió fue recibida por sus seguidores con entusiasmo y por sus oponentes con temblor.

Seamos hombres y mujeres que valoremos la Palabra de Dios, su comisión de hacer discípulos…

Incluso cuando Atanasio no pudo reunirse con su iglesia, encontró formas de comunicar su mensaje de esperanza y perseverancia en Cristo a su pueblo ansioso. El ejemplo de Atanasio nos inspira a permanecer vigilantes en la misión de hacer discípulos en tiempos difíciles.

3. COMUNIDAD DE VALOR

La historia presagia a Atanasio como un gran líder, pero críticos para su historia son los muchos creyentes que lo rodearon y apoyaron, especialmente los monjes. Encontró una hermandad no solo profundamente dedicada a su lucha por la ortodoxia, sino también sinceramente unida a él personalmente. Los monjes demostraron el poder de la comunidad en el sufrimiento a través de la vecindad y la hospitalidad, especialmente cuando muchos obispos abandonaron a Atanasio por temor a compartir su destino.

Atanasio era tan grande como la comunidad que lo sostenía. No estaba solo en la batalla. Tenía gente que seguía adelante cuando él no podía, y esto lo fortalecía para aguantar en cada prueba. Esto sigue siendo cierto para nosotros hoy.

Mientras luchamos no solo por sobrevivir, sino por prosperar en el ministerio en 2020, miremos, como Atanasio, a la perfecta resiliencia de Cristo. Seamos hombres y mujeres que valoremos la Palabra de Dios, su comisión de hacer discípulos de todas las naciones y su deseo de que hagamos este trabajo en comunidad con otros creyentes. Que Cristo sea glorificado a través de lo que valoramos en tiempos difíciles, y que su iglesia sea resistente.

Artículo publicado por primera vez en el blog de Acts29.com

Autor Invitado: Raphael Mnkandhla
Raphael se desempeña como pastor principal de City Church en Williamsport, Pennsylvania. Nació y creció en Bulawayo, Zimbabwe y está cursando un doctorado en Ministerio en el Seminario Teológico Bautista del Medio Oeste. Raphael está casado con Heidi y tienen tres hijos, Judah, Cooper, Liam y dos hijas, Ellie y Aliyah.

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