Como “familia global y diversa”, Acts 29 se trata de plantar iglesias. Creemos que el caso bíblico para plantar iglesias es robusto, si no realmente indiscutible. Pero siempre existe el peligro de que la retórica supere a la realidad, y al punto que no solo sea inútil, sino también deshonesta. El crecimiento principal de Acts 29 no debería ser de iglesias que se unen a nosotros, sino de iglesias plantadas por las iglesias existentes de Acts29. Si ese es el caso, las nuevas iglesias se unirán a Acts 29 porque quedará claro cómo aportamos un valor agregado sustancial en términos de ayudarlos a convertirse en iglesias que plantan iglesias que plantan iglesias.
El objetivo de este breve artículo es identificar algunas de las características principales de una iglesia que planta iglesias. El énfasis estará en los aspectos prácticos más que en la teoría. Se asume entonces que nuestra misión es plantar iglesias; entonces cómo nos convertimos en iglesias que plantan iglesias, será lo que se analiza. Con ese fin, se han identificado marcadores clave y pasos críticos para convertirse en una iglesia de pleno crecimiento y muy fructífera.
¡Evitando la intimidación!
Pasar de ser una iglesia a una iglesia que planta iglesias puede parecer abrumador. Sin duda es un cliché cansado, pero sin embargo es cierto para eso: un viaje de mil millas comienza con un solo paso. Cada obra maestra comenzó con una simple pincelada.
Así es con la plantación de iglesias. No mire hacia el momento en que envía a un grupo de miembros a plantar una iglesia en otra localidad. Eso parecerá demasiado remoto e inalcanzable. Habrá demasiados obstáculos en el camino, demasiada incertidumbre. Incluso, puede que, la idea de que algún día puedas enviar un plantador de iglesias parece totalmente absurda.
Manten ese sueño, por supuesto, pero retrocede de esa meta impulsada por el Evangelio e identifica qué es lo que necesitas hacer para realizarlo.
El aspecto más crítico de convertirse en una iglesia que planta iglesias es crear una cultura de plantación. Sin embargo, es importante apreciar que no requiere una cultura específica. No es algo peculiar ni extraordinario. Más bien es un aspecto indispensable e inevitable de una rica y llena cultura centrada en el Evangelio.
Los líderes son creadores de cultura, y aquí hay cinco medios para ese fin. Estos no solo ayudan a la creación de una cultura centrada en el evangelio, sino que son características continuas de una.
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